Hola. Les queremos contar, de a poco y por entregas, algo de nuestro último taller. A diferencia de otras veces, y por si le sirve a alguien que consulte el blog, vamos a desarrollar por completo los pasos que seguimos en este taller, que son, básicamente, similares en su estructura de fondo a todos los que hacemos:
-introducción, motivación, generación de cierto suspenso frente al texto
-lectura del texto (puede irse interrumpiendo o no para que los talleristas hagan diversas intervenciones, producciones, según el tipo de texto, su extensión, las posibilidades que se le vean, etc.)
-producción de los talleristas, de a pares o en grupos pequeños
-posterior puesta en común
-síntesis a cargo de los talleristas, construida entre todos.
(de El cazador de sueños, página de Facebook).
1) Primero comenzamos con esta lectura:
En 1957, se estaba realojando un monasterio en Tailandia y se dejó a cargo de unos monjes para que movieran un buda de arcilla gigantesco.
A mitad del traslado, uno de los monjes notó un crujido en el Buda. Preocupado por dañar al ídolo, los monjes decidieron esperar un día, antes de continuar con su tarea.
Más tarde, uno de los monjes fue a revisar la estatua gigante, enfocó con su linterna por todo el Buda y cuando llegó a la grieta, vio algo que le reflejaba la luz. Despertó su curiosidad y el monje tomó un martillo y un cincel y empezó a romper poco a poco al Buda de arcilla. Conforme quitaba la arcilla trozo a trozo, el Buda era cada vez más brillante. Después de horas de trabajo, el monje alzó la vista con admiración al ver frente a él, un enorme buda de oro sólido.
Los historiadores creen que los monjes tailandeses cubrieron al buda de arcilla varios cientos de años antes de un ataque de la armada burmesa, cubrieron el buda para protegerlo. En el ataque asesinaron a todos los monjes así que no fue hasta 1957 que se descubrió el gran tesoro.
La propuesta fue compartir qué textos fueron para nosotros, recientemente o en el pasado, como ese Buda de oro: a simple vista, un texto como cualquiera, quizás incluso para otros, desagradable, falto de valor. Pero para nosotros, fue una revelación.
Allí surgieron, entre otros:
-El viejo y el mar, de Hemingway
-El Decamerón, de Bocaccio
-Rosaura a las diez, de Marco Denevi
Algo muy interesante: algunos compartieron que habían aprendido a "leer" personas, más allá de una apariencia que decía poco, o decía mal al principio para ellos...
y otros más...por ahora, cortamos acá, ya volvemos....