2 abr 2012

El servicio de la audiolectura: leer con otro y leer bien.

Para consultas, llamar al 4754-2814 o escribir a biblosnuevoser@hotmail.com

Hola...acá estamos de vuelta, esta vez con algunas cuestiones fruto de la experiencia de los lectores solidarios y de los lectores socios de nuestra biblioteca, que seguramente muchos que visitan el blog habrán experimentado. Un aspecto importante cuando "queremos ayudar" es asegurarnos de que le vamos a dar al otro la ayuda que necesita y no la que a nosotros nos parece. Por eso, les alcanzamos esta listita de cuestiones obvias pero que si no se tienen en cuenta, provocan dificultades a nuestros lectores, cuestiones evitables con un poco de organización:

1) ¿Qué soportes de audiolibro tiene la biblioteca, en qué formatos y en qué aparato se pueden reproducir?: es una información fundamental para darles a los lectores que piden o van a buscar el material. Si el lector llama preguntando si está tal o cual audiolibro, además de decirle "si" o "no", hay que informarle en qué soporte lo tiene la biblioteca, y de qué debe disponer él para leerlo:

  • casetes: entonces, el lector deberá disponer de un reproductor de casetes, tanto tipo periodista (primera imagen) como clásico (segunda imagen). Si bien hace tiempo se dejó de usar en general la grabación en casetes, para muchos lectores sigue siendo todavía la única opción. Muchas bibliotecas no pudieron encarar todavía , por falta de recursos,  el proceso de digitalización de los casetes, de modo que siguen siendo una opción utilizada. A veces es el tipo de reproductor que tiene el lector, a veces es la biblioteca y no el lector quien dispone de un reproductor de casetes: puede ser una ocasión para que el lector se acerque a la biblioteca y lea allí el audiolibro, e ir trabando vínculos desde nuestro servicio, haciéndonos conocer, etc. 















Fuente de la imagen: http://www.tabaqueriamarcyl.com.ar/audiograbadores.html















Fuente de la imagen: http://blogsdelagente.com/aquellosviejos8bits/2008/05/



  • discos compactos que pueden contener:

-archivos de audio wav., los que son grabados como "archivo de audio", o "cd de audio" en los programas de grabación: entonces, se pueden reproducir en reproductores de cd  y el lector deberá disponer de un reproductor de CD portátil:













Fuente de la imagen: http://www.decineon.com/sistemas-completos/memorex-mp3851sp-wh-reproductor-cd-con-radio-am-fm-tipo-boombox.html

o de una computadora con compactera y programas para reproducir audio (por defecto, la mayoría de las computadoras lo traen):
















Fuente de la imagen :http://sonialaincondicional.blogspot.com.ar/2011/06/cuida-tu-vista-frente-una-pc.html


-archivos de audio en mp3: el lector deberá disponer de reproductor de cd que diga expresamente que lee archivos MP3, lo cual suele figurar tanto en el envase original como en algún lugar del mismo aparato (además, por defecto, también leen los .wav, es decir, los "comunes" de audio que fueron los primeros en usarse):













Fuente de la imagen: http://www.stromberg-carlson.com.ar/productos/audio/BB003A.php


o computadora con compactera, como la imagen anterior de la PC



  • archivos en .wav o mp3 alojados no en casetes ni en cds sino en las computadoras de la biblioteca, o en otros dispositivos como
- pen drives:






















-reproductores de MP3 o similares (considerar que en general funcionan con pilas, por lo cual tanto a la biblioteca como a los lectores les significa un gasto importante en ellas, así como la cuestión del daño ecológico...).















-o en un disco rígido portátil (es una muy buena inversión para evitar la saturación de los discos rígidos fijos de las computadoras):














Fuente de la imagen: http://isogadgets.com/tag/dispositivo/page/14/


Entonces, la pregunta central, una vez aclarado en qué dispositivos tiene los audiolibros la biblioteca es preguntarle al lector:


¿Qué soporte tiene para leer, dicho de otro modo:¿en qué dispositivo va a leer el audiolibro ? 
¿Qué tiene la biblioteca y qué necesita traer el lector para acceder al audiolibro? 
Por ejemplo, si el lector tiene un dispositivo portátil con pilas, deberá asegurarse de que estas están cargadas y de traer el cable que conecte su dispositivo a la PC de la biblioteca. A su vez, la biblioteca deberá cerciorarse de que el dispositivo en que tiene el audiolibro (la computadora, por ejemplo), tiene un puerto USB en condiciones o lo que sea necesario para que el lector conecte su aparato a la PC.
Finalmente, de más está decir que lo ideal es que, si el lector no dispone de aparatos adecuados a la reproducción del libro que quiere leer, la biblioteca tenga un sector en el que, precisamente, pueda leer el libro, hacer vínculos, compartir con otros lectores, etc. Normalmente, esto implica la provisión de auriculares o el pedido de que el lector traiga unos.

-¿Qué tipo de texto vamos a grabar? De eso depende que sea conveniente:


  • grabarlo en una sola pista o track.
  • dividirlo en pistas de aprox. 22 minutos, 25, de modo que si las tenemos que pasar a un cd de audio común, alcance el espacio (los cds comunes suelen tener espacio para 80 minutos pero hay que prever en el primer cd que estará el crédito de la biblioteca, la lectura de tapa y contratapa, etc., de modo que para el primer cd sería conveniente usar 3 pistas de 20' aproximadamente).

Recordar las cuestiones técnicas para grabar, en http://es.scribd.com/doc/46111066/instructivo-lectores-solidarios, diapositivas 6, 7 y 8; es fundamental hacer una prueba de un par de minutos. Si no, corremos el riesgo de perder media hora porque había algún fallo en el programa o en el micrófono que impidió la grabación. Al terminar, también es fundamental revisar si se grabó bien y si los archivos quedaron numerados correctamente.

¿Cd R o Cd RW? La diferencia es que los R no se pueden volver a grabar mientras los RW, sí. La ventaja de los R es que casi el 100% de los reproductores de CDs los leen, mientras que a los RW no todos los reconocen. Con las computadoras, no hay problemas, todas identifican todos, pero si el lector tiene un reproductor de CD, lo más seguro es tener el texto grabado un CD R, no RW.
Siempre es conveniente guardar los archivos en una carpeta con el nombre de la obra y las pistas numeradas 000_nombrepista, 001_nombrepista y así, porque facilitamos su búsqueda cuando la necesitemos y además,  es también recomendable guardar los archivos tanto como "wav." como "mp3.", de modo de poder servirles a distintos lectores con distintas posibilidades. El programa Audacity, al terminar la grabación, permite "exportar" y ofrece opciones de las cuales las dos más importantes para nosotros son: "mp3" y "wav." para dispositivos móviles" (los archivos de audio que lee cualquier reproductor de CD). Se puede terminar la grabación, "exportar como mp3" y luego, volver a la grabación y volver a "exportar", esta vez como "wav para dispositivos móviles".

¿Textos de ficción?
 - Novelas de 300 páginas: no es una buena idea grabar una sola pista de horas y horas de duración: provocamos que el lector deba o escuchar diez horas seguidas o que deba leer cada vez desde el inicio hasta llegar a la página donde dejó. Tengamos presente además que si además lee en un reproductor con pilas, el costo en pilas, y el costo ecológico, hacen muy inconveniente que cada vez que quiera leer donde dejó, deba poner "adelantar" hasta encontrar la página que quiere.

¿Volúmenes de cuentos y de poesía?:
Para los cuentos, es conveniente grabarlos en una sola pista.
En el caso de los poemas, podemos grabar respetando la división del libro o por poema.

¿Textos de estudio?

  • Sin guías de estudio ni preguntas, puro texto: es razonable usar criterio de capítulos y subtítulos, y respecto de la extensión, lo mismo que las novelas: si un capítulo tiene 15 páginas, lo podemos grabar en una sola pista; si tiene 140, dividámoslo según los subtítulos, unidades u otras divisiones que ya traiga el texto.
  • Con guías de estudio sin respuestas provistas por el texto: pongámonos en el lugar de quien, por la razón que sea, no puede leer el texto en papel, pero tiene que estudiar con la ayuda de las preguntas y luego  va a ser examinado.

¿Qué nos pasaría si nos leyeran un capítulo de Historia de 40 páginas y sólo al final nos leyeran las preguntas...? Si están solo al final, puede suceder que debamos volver a escuchar toda la pista cada vez que queramos resolver una pregunta...y así con cada una.
En estos casos, lo conveniente es decir "Nota del lector: las preguntas que están al final del capítulo /unidad se leerán primero para que el lector pueda enfocarse en esos temas al leer y se releerán al final para facilitar su comprensión. Fin de la nota del lector" Así, cuando el lector del capítulo de Historia comienza a leerlo, ya sabe a qué prestarle atención, ya puede enfocarse en los temas de las preguntas que, como estarán al principio de la pista, puede repetir cuantas veces quiera para cerciorarse de retener al menos algunos centros de interés.

  • Con guías de estudio con respuestas provistas por el texto: igual que en el punto anterior, sólo que agregamos, al final de la pista, cuando ya leímos por segunda vez las preguntas, algo como esto: "Nota del lector: a continuación, se ofrecen las soluciones a las preguntas. Le proponemos que no las lea antes de haberlas respondido con lo que pudo leer hasta el momento y que sí las lea para comparar sus propias respuestas con las de este texto y corregir lo que necesite."

-El volumen de audición:
El siguiente programa es freeware y funciona muy bien para subir el volumen de los archivos. Por defecto, los pone en 89 decibeles, pero de todos modos, se puede poner otro número en el cuadro correspondiente: la interfaz es muy fácil de usar y de instalar. Siempre es preferible que suene alto por defecto y el lector lo pueda bajar y no que poniéndolo al máximo volumen resulte casi inaudible para el lector...
http://mp3gain.softonic.com/. Para modificar el volumen de los archivos MP3, se los arrastra y se les aplica "modificar ganancia" o su similar en inglés, entre las primeras opciones tipo "modify gain" y luego "apply track gain" o similar, y se comienza clickeando en la tercera pestaña comenzando por la izquierda; es muy intuitivo, y nos damos cuenta de si se modificó o no el volumen volviendo a escuchar el archivo: la diferencia en notoria, y si hay alguna dificultad en el proceso, el mismo programa nos alerta y ayuda. Aquí, la interfaz del programa cuando ya lo instalamos y le arrastramos los archivos a los que queremos unificarles el volumen (vean el 89 por defecto: el usuario lo puede subir o bajar):



















-La portada del cd y los nombres de los archivos:
Es importante poner con marcador indeleble en la cara del CD que queda hacia arriba el nombre de la biblioteca, el de la obra, el género si es posible y el tipo de archivo (wav., mp3., porque eso facilita la labor del bibliotecario y evita equivocaciones como darle un cd grabado con archivos mp3 a alguien que sólo tiene un reproductor de CD del año 2003, que probablemente no lea esos archivos) y si la obra consta de más de un cd, un indicador del tipo 1/3, 2/3 y 3/3: eso facilita que al llevarse y al devolver el material se pueda constatar que va y vuelve completo.

-Finalmente, para que nuestro servicio sea cálido y eficaz, ocupémonos de probar antes el material que entregamos: según las bibliotecas, pueden perderse discos, cassettes, no estar completos los archivos mp3 o haberse grabado mal y es deseable  que si alguien vino con la expectativa, la necesidad, el deseo, de leer un texto, venga una sola vez y se lo pueda llevar y disfrutarlo. Lleva unos segundos y forma parte de un servicio amable a la vez que eficiente.
Siempre es fundamental el ida y vuelta con los lectores: de ellos aprenderemos seguramente mucho, a partir de la experiencia que hayan tenido con sus lecturas (volumen adecuado o no, interferencias en la grabación, textos incompletos, partes leídas muy rápidamente, pistas excesivamente largas con la consiguiente dificultad de encontrar el punto donde dejaron la lectura, diversas dificultades con los textos de estudio ya mencionadas, etc.)


Esperando que a algunos les sea de utilidad, así como aportes que otros tengan para hacer desde sus experiencias, los dejamos con una frase que conjuga cerebro y corazón:

SI QUEREMOS UN MUNDO DE PAZ Y DE JUSTICIA, HABRÁ QUE PONER DECIDIDAMENTE LA INTELIGENCIA AL SERVICIO DEL AMOR.


 (Antoine de Saint-Exupéry, 1900-1944, autor de El principito, entre otros textos).